Con telas y un antifaz, ¡me voy a hacer un disfraz!
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El carnaval se celebra de diferente manera en el mundo, National Geographic destaca cinco de ellos debido a su espectacularidad, son aquellos celebrados en Río de Janeiro, Nueva Orleans, Venecia, Niza y Colonia. Os dejo el enlace para que podáis ver alguna foto de estos y poder leer algo más de su historia. Para saber más haz click aquí.
En mi opinión, y como extremeña que soy, uno de mis carnavales favoritos es el de Badajoz, esta ciudad se llena de colores, bailes, música procedente de tamboradas, que hacen de esta fiesta algo especial para todos aquellos que residen allí o alrededores. Tiene una gran participación popular y sin duda una calidad muy difícil de igualar.
El reto de esta semana implicaba escribir una historia con la temática de carnaval y algún requisito más… ¡allá va!
Lidia comenzó sus primeras clases de practica en un colegio a comienzos de febrero, ella vivía en Cádiz, así es que vive este mes como algo muy especial debido a sus fiestas, pero desde hace cinco años estudia en Selencia, a veces no podía ir a Cádiz en estas fechas porque le coincidía con exámenes o clases a las que no podía faltar, y esta vez sería porque está en la recta final de su sueño, ¡conseguir ser maestra! Esta vez no le importaba no poder irse a su ciudad ya que pensaba que la ilusión de ver a todos aquellos niños a los que daría clase confeccionar sus disfraces, cantar esas canciones tan alegres y finalmente ver a todos vestidos paseando por las calles, sería mucho mejor que la fiesta que se iba a perder.
Cuando llegó al aula donde estaría durante los dos meses siguientes, preguntó entusiasmada por esta fiesta, era una clase de tercero de primaria donde solo encontraba rostros felices y extrañados porque había una maestra nueva. Lidia no encontró la respuesta que buscaba, ya que ninguno de estos chicos mostró ilusión, e incluso escuchó algunos comentarios desagradables sobre esta fiesta. Extrañada Lidia preguntó a su tutora, que pudo explicarle porque estos niños no vivían el carnaval como en otros colegios de la ciudad. Este colegio estaba situado en un barrio considerado marginal, que tenía fama de conflictivo, todo esto debido a que residían extranjeros y personas de minorías culturales mayoritariamente en él. El ayuntamiento de la ciudad no prestaba la más mínima atención a este barrio ni a su colegio, a pesar de todas las quejas de los docentes del centro, por ello no se le daba el permiso de hacer un pasacalle, entonces los profesores no celebraban esta fiesta ya que después el trabajo de los alumnos no podía salir del colegio. Lidia al entender que se trataba de un caso de marginación municipal, se le ocurrió una idea.
Lidia comento su idea con los demás maestros, todos estuvieron de acuerdo, se trataba de que algunas horas del mes fueran destinadas a la confección de un disfraz con objetos reciclados o fáciles de encontrar, y celebrar un propio desfile en el patio del colegio para que los niños pudieran conocer esta fiesta, ya que le parecía injusto que por razones de prejuicios e incompetencia del ayuntamiento no pudieran hacerlo. Pasó una semana buscando adornos que colocó por todo el centro y busco canciones para que todos pudieran aprendérselas. Todos los alumnos estaban encantados con esta propuesta.
Lidia al ver que la emoción de los chicos iba creciendo decidió ponerse en contacto con todos los padres de estos y pedir firmas pidiendo al ayuntamiento que le permitiesen hacer el pasacalle. Una vez conseguidas todas estas firmas, se presentó allí, y cuando dijo de que colegio procedía miraron con mala cara, una cara llena de prejuicios, no obstante, le concedieron el permiso.
Cuando llegó el día de carnaval, todos los padres también estaban ilusionados por ver a sus hijos desfilar y muy contentos con la labor de Lidia. Todos los chicos salieron con disfraces diferentes según el curso en el que estaban, algunos más elaborados que otros, ¡¡los de primero de primaria iban de “Galleta María” y los de sexto iban Don quijote!!
Todos los que vieron el pasacalle se quedaron impactados con los disfraces y las ganas que tenían todos estos chicos, incluso el periódico publicó una noticia sobre el carnaval de este colegio, nombrando que anteriormente no se le permitía desfilar pero que después de este pasacalle, se atrevían a decir que sería el colegio más esperado en las calles de Selencia.
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